CARTA PÚBLICA DE UN ALUDIDO "COLOR PUERTA"
"Las personas, apréndelo bien Elena -y enséñales a tus hijos cuando seas madre- no somos colores. Las personas somos sociedades, somos cultura, somos inteligencia... Y no hay nada de ello en cuanto has dicho".
Aquí, y en todos los rincones de Lima y del Perú, estamos los serranos "color puerta", que vivimos orgullosos de ser serranos, herederos de una cultura milenaria. Aquí estamos esos serranos herederos de la lengua quechua, de la lengua aimara; herederos de la cultura de los Andes...
Querida Elena Serpa -permíteme llamarte así, porque eres peruana como yo- te escribo esta carta pública como un acto de protesta... porque no me es posible concebir que en pleno siglo XXI todavía tengamos que soportar los síntomas del colonialismo: el racismo, la discriminación; el desprecio y el odio hacia las personas que somos procedentes de las culturas y etnias prehispánicas... es decir, ¿la mayoría de peruanos?
Acabo de leer tus "disculpas" en el diario La República. Entre otras cosas dices: “Fue un error, un desliz. Sé que no debí haber dicho eso, la discusión se me escapó de las manos. Quiero pedir disculpas”, “Lo único que quiero es que paren con el bullying porque mi familia se ha visto afectada. Mis padres no tienen la culpa, me falta poco para terminar mi carrera y me parece excesivo que personas que no me conocen sigan desprestigiando mis apellidos”
¿Disculpas dices? No, Elena Serpa: el racismo y la discriminación no se disculpan... y te voy a decir por qué. En primer lugar, discriminar a alguien, por ser "cholo", "negro", "indio" o por ser "serrano, color puerta" -como tú señalas- no es, de ninguna manera y bajo ninguna circunstancia, un malentendido. Un malentendido es aquello que se entendió mal; aquello que quisiste decir, pero que se entendió de otra manera. Cuando dijiste: "Hablo de serranos como tú que tienen twitter. En mi universidad no entran gente como tú, color puerta", no quisiste decir otra cosa, sino que tú crees que la gente serrana y "color puerta" -sí, como yo, como ese "serrano color puerta" al que ofendiste y lo anulaste sin más ni menos, y como la gran mayoría de peruanos que habitamos este país- somos inferiores a ti... ¿Por qué? ¿Por haber nacido en la sierra y por no tener la piel blanca, los cabellos rubios, los ojos verdes y las manos refinadas y delicadas -que tú tampoco tienes?
No, Elena Serpa, de ninguna manera. Te equivocas... Aquí, y en todos los rincones de Lima y del Perú, estamos los serranos "color puerta", que vivimos orgullosos de ser serranos, herederos de una cultura milenaria. Aquí estamos esos serranos herederos de la lengua quechua, de la lengua aimara; herederos de la cultura de los Andes; esos serranos que cantamos y bailamos el huaino, que chacchamos la coca, que labramos la tierra con el chaquitaclla, con los bueyes y con nuestras propias manos encallecidas; aquí estamos los serranos indígenas que cuidamos las llamas y las alpacas; los campesinos y los profesionales orgullosos de haber nacido en la tierra de Cáceres, de Atahualpa, de Túpac Amaru II, de Micaela Bastidas; aquí estamos esos serranos que caminamos por las montañas, los nevados y las cordilleras silbando como los jilgueros.
Aquí estamos, Elena, para decirte que no te disculpamos, que no nos avergonzamos de tener el color de las puertas de todas las casas del Perú y del mundo. Aquí estamos los que tú desprecias para decirte basta, para mostrarte nuestra indignación por tu ignorancia y tu estupidez. Y... tú, ¿dónde naciste Elena? ¿Dónde vives?... ¿En San Isidro?, ¿en Miraflores?, ¿En Las Casuarinas?, ¿En La Molina? No importa... bien podrías vivir en los cerros, las pampas y los arenales de San Juan de Miraflores, de Villa El Salvador, de Villa María, de San Juan de Lurigancho o Comas... No importa, eres como nosotros, igual. Bien podrías vivir en Londres, París, Nueva York, África, China.... Y qué bien si fuese así... No todos tenemos la suerte de viajar, de conocer mundo... pero, qué importa. Y... ¿qué estudias, Elena? Para ser una profesional, no das la talla.
¿Por qué, Elena?¿Por qué nos desprecias así? ¿Por qué nos seguimos choleando tanto? Te diré -ya lo había escrito antes: "el racismo es una estupidez. TODO ACTO DISCRIMINATORIO Y RACISTA es atroz, insano, estúpido". Dices que “fue un error, un desliz" y pides disculpas por eso. No te disculpamos, porque estamos hartos de soportar a gente como tú. La estupidez humana no se disculpa: se combate, se rechaza, se repudia; porque es peligrosa: fomenta odios, enciende iras, genera resentimientos y rencores, provoca guerras, es la madre de las ambiciones que destruyen el planeta.
Pides "que paren con el bulllying" porque tu "familia se ha visto afectada", porque tus "padres no tienen la culpa". ¿Qué irónico, no? En este país, millones de peruanos se han sentido afectados (discriminados) y no tienen la culpa de nada, Elena. ¡Qué pena por ti! Cada persona es responsable de sus actos, y debe saber asumirlas; pues bien, es esta tu oportunidad para aprender. Aprende a respetar. Aprender a entender la diversidad de lenguas, culturas e identidades de estas muchas naciones llamadas Perú. Aprende la lección y enséñales a tu familia y a tus amigos que no hay ninguna razón ni justificación alguna para discriminar a las personas por ser diferentes a ti.
Dices que te "falta poco para terminar tu carrera y que te parece excesivo que personas que no te conocen sigan desprestigiando tus apellidos”. Elena, Elena Serpa. Tú NO nos conoces y nos has despreciado por nuestro "color puerta", por ser serranos. Has desprestigiado a esta nación, has desprestigiado los nombres y los apellidos de miles de personas. No sé en qué universidad estudias, pero tu universidad debiera disculparse porque hablaste en su nombre, dijiste que en esa universidad no entran serranos. Si eso fuera cierto, esa universidad debiera ser clausurada y multada; pero sabemos que no es así... Y la universidad, Elena, es ciencia, es conocimiento, es inteligencia. La universidad es diversidad, respeto, educación. No la estupidez que pretendes hacer pasar por desliz. Ya es hora de rechazar el racismo desde todos los frentes. Las personas como tú -todas esas elenas- deberían ser reeducadas, para que aprendan a respetar las culturas, las lenguas... la diversidad de nuestra nación.
Las personas, apréndelo bien Elena -y enséñales a tus hijos cuando seas madre- no somos colores. Las personas somos sociedades, somos cultura, somos inteligencia... Y no hay nada de ello en cuanto has dicho.
Por último, si hubieses reconocido tu ofensa, si hubieses dicho: "Me equivoqué; estoy avergonzada de mis actos, pido perdón por todo lo que he provocado. He reflexionado y me arrepiento"... tal vez sería justo aceptar tus disculpas... pero no fue así: ya lo dije: la discriminación no es un desliz ni un malentendido. Te dejo este poema del poeta Juan Gonzalo Rose -me tomo la libertad de adaptarlo:
EXACTA DIMENSIÓN (versión 2.0):
ELENA,
Me gustas porque tienes el color de los patios
de las casas intranquilas...
y más precisamente:
me gustas porque TÚ TAMBIÉN TIENES COLOR PUERTA.