YO, KEIKO,… VOTA POR MÍ
El cuento de un país surrealista llamado Perú
“El fujimorismo no es una corriente política. Es una propuesta delictiva, un resumen de lo peor. Si algún arqueólogo del mal pudiese juntar los latrocinios de José Rufino Echenique, la traición de Mariano Ignacio Prado, las Felonías de Nicolás de Piérola, las arbitrariedades de Leguía, la vacuidad de Benavides, los vicios putañeros de Odría y la ninfomanía dineraria de Alan García, la figura resultante sería el fujimorismo” (César Hildebrandt, 2014).
Hola, peruano. Te voy a relatar un cuento, para que votes por mí. Tú me conoces: soy Keiko. Tengo 41 un años, nunca he tenido que trabajar para vivir, gracias al pueblo peruano. Para que sepas que no miento, puedes hacer clic en las partes subrayadas, así podrás verificar por ti mismo que todo cuanto te voy a decir es VERDAD. Ahora, lo primero: ¿qué es lo que más quiero en esta vida? Quiero liberar a mi padre de la cárcel. Estoy en campaña para llegar a ser presidenta con un único objetivo: liberar a mi madre de la cárcel con el indulto… Esta es mi historia y la de mi familia: te la quiero contar, para que me conozcas mejor y votes por mí.
Mi padre es un ciudadano japonés que se hizo pasar por peruano. Postuló a la presidencia y ganó las elecciones. ¿Saben cómo lo hizo?, ¿qué hizo para ganarle a Mario Vargas Llosa? Mi padre mintió. Mintió en todo y tú le creíste. Dijo que no iba a privatizar empresas -que eso era vender la patria y que M.V.Ll. era un vendepatria por querer privatizar las empresas nacionales- y lo primero que hizo fue cerrar el Congreso y vender a empresas privadas todas las empresas del Estado. Dijo que no iba a aplicar el "shok" económico para superar la hiperinflación, que hacer eso sería matar al pueblo de hambre; dijo que el señor Vargas era un millonario, que estaba con los millonarios y que despreciaba al pueblo y que por eso quería aplicar el "shok", para matarlos de hambre. Tú votaste por él porque le creíste. ¿Qué hizo una vez en el poder? Aplicó el shok económico. También dijo que su gobierno iba a significar: "Trabajo, tecnología y honradez", pero lo que hizo fue causar el despido de millones de trabajadores que fueron echados de las empresas privatizadas. ¿Tecnología? Ya sabes que de eso no hubo nada: no fabricamos ni una aguja. ¿Honradez? Ya sabes que mi padre está preso por ser uno de los diez gobiernos más corruptos ¡del mundo!
Mientras estuvo en el gobierno, se cometieron crímenes de lesa humanidad, el Estado fue secuestrado por un grupo de personas que se dedicaron a robarle al país. La mitad de estas personas fueron altos funcionarios del Estado y están presos o son prófugos de la justicia. Entre ellos, se esconden en Japón mis tíos, hermanos de mi padre. ¿Deberían volver al Perú para rendirle cuentas al pueblo por todo lo que robaron? Tú sabes que sí, pero yo nunca me preocupé de ello y no lo haré mientras sea presidenta. Vota por mí, así seguiré protegiendo a mi familia y no tendré que trabajar nunca, por el resto de mis días.
Yo, Keiko, fui la primera dama de mi padre, cuando mi madre lo denunció –a él y a mis tíos Juana, Rosa, Pedro Fujimori y Víctor Aritonmi; hoy prófugos de la justicia, amparados en su ciudadanía japonesa –. ¿Recuerdas por qué los denunció mi madre, siendo ella la Primera Dama? Por ladrones. Aquí te lo cuento todo: el gobierno japonés y muchos empresarios de ese país, a través de la Embajada peruana en Japón, enviaron al Perú muchas toneladas de ropa y donaron millones de dólares para la construcción de obras. La ropa llegó al país, pero –en lugar de ser entregada a las familias más pobres, como debió ser– era desviada a unas galerías para ser vendida. Solo los harapos que no pudieron ser vendidos fueron llevados en helicópteros a los pueblos más pobres.
Y… ¿sabes qué pasó con los muchos millones de dólares donados por el pueblo japonés? Mi familia fundó las ONG Apenkai y Aken para manejar desde Palacio más de 25 millones de dólares. Estos terminaron en cuentas bancarias de mis tíos y de mi padre. Este dinero tenía que haber sido usado para construir cientos de hospitales, colegios, carreteras… pero nunca se supo nada de ello, porque terminó en cuentas bancarias de mi familia. Nunca se rindió cuentas de esos millones de dólares y ninguno de mis tíos está en la cárcel, como deberían estar con justa razón. Mi madre lo sabía y denunció a mi familia: a sus cuñados. ¿Qué hizo mi padre para vengarse de ella y acallarla? La separó del “cargo” de Primera Dama, la mantuvo secuestrada para que no hable con la prensa, la mandó a torturar y… en su lugar, me nombró a mí. Por eso me llaman la Primera Dama de la Corrupción, porque yo sabía de todo ello y nunca dije nada. Así formé parte de uno de los gobiernos más corruptos de la historia peruana y del mundo.
Yo, Keiko, sé que mi padre está preso por el asesinato de nueve estudiantes y un profesor de La Cantuta; también por el asesinato de 15 personas, incluyendo a un niño de ocho años, en Barrios Altos. Dicen que eran terroristas, incluso ese niño de ocho años. Sé que es un crimen asesinar a alguien (por más que esta persona sea un criminal), pero igual, mi padre los mandó asesinar con el grupo paramilitar llamado Colina. Hoy, todos sus integrantes están presos y han confesado que recibían órdenes del presidente. Por otro lado, muchos miembros del Ejército, en su lucha , antisubversiva asesinó, violó y maltrató a personas inocentes que creían sospechosas o por simple represalia, especialmente a los indígenas y campesinos que solo hablaban quechua. Los torturaban en los cuarteles hasta que ellos morían a causa de la tortura. Luego eran enterrados en fosas comunes.
Además, a mi padre se le condenó por los secuestros –en 1992– de los periodistas Gustavo Gorriti y del empresario Samuel Dyer. ¿Por qué? Por decir la verdad. Eran una amenaza para el régimen que lo tenía todo planificado: robar, mentir, perpetuarse en el poder. Para ello se disolvió el Congreso y se dictó una nueva Constitución. Quiero repetir la historia. Vota por mí. Yo, Keiko, haré lo mismo. Sacaré a las calles al ejército y aplicaré la mano dura para luchar contra la delincuencia… y si se equivocan y te capturan a ti o a algún pariente tuyo -aunque seas inocente-, no te preocupes, sé cómo se hace: diré que eres un terrorista, un violador, un delincuente . Lo aprendí de los grupos paramilitares.
Yo, Keiko, sé que el Chino ordenó a un militar a suplantar a un fiscal para allanar ilegalmente la casa de Trinidad Becerra, esposa de Vladimiro Montesinos. Él se encargó de desaparecer los llamados ‘vladivideos’. Así no se supo de toda la corrupción que hubo y se eliminó muchas evidencias que hoy deberías saber, pero nunca lo sabrás. Te prometo que haré lo mismo, por eso mi equipo es el mismo que apoyó al Chino. ¿Saben quién será ministro de Justicia?, ¿se han preguntado por quién será ministra de la Mujer?, ¿quién será ministro de Educación?, ¿cómo podremos educar a los jóvenes para que no mientan, ni roben, ni sean deshonestos… si nosotros en el gobierno somos todo eso y más? No te preocupes, lo tengo todo planeado para indultar a mi padre y para darles a tus hijos la educación que se merecen. A ti te daremos la justicia que mereces y –si eres mujer– te trataremos como tú te lo mereces. Dicen que un pueblo ignorante elige al gobierno que se merece. Las mujeres que fueron torturadas, violadas por los miembros del Ejército, esterilizadas sin su consentimiento o contra su voluntad lo saben perfectamente. Vota por mí.
Yo Keiko, sé que mi padre, Fujimori, reconoció el delito de peculado al haberse apropiado de 15 millones de dólares de las arcas nacionales –la plata de todos los peruanos– para entregarlos a su exasesor, Vladimiro Montesinos. La Justicia peruana le impuso 7 años y 6 meses de cárcel por este delito. ¿Con razón o sin razón? Mi padre aceptó los cargos, se asumió culpable del delito. Tú entiendes lo que es un delito, igual que yo; pero –así entre “nos”– siempre digo que mi padre es inocente y que por eso debe ser indultado. Vota por mí y no dudaré en indultarlo. No me temblará la mano, pese a todos los delitos que él ha cometido.
Yo, Keiko, sé que mi padre, y su mente gemela, Vladimiro Montesinos, montó un espionaje telefónico, pagó a medios de comunicación, compró o sobornó a los de congresistas opositores para que se pongan d su lado en la sala del SIN (Servicio Nacional de Inteligencia). Por estos delitos, el tribunal le impuso seis años de cárcel y el pago de una reparación civil a cada víctima de ‘chuponeo’. ¿Es inocente el Chino? No, porque él mismo se reconoció culpable de todos estos cargos. Pero, qué importa, igual sigo diciendo que él es inocente. Con tu voto haremos que mi mayor sueño –liberar a mi padre– sea una realidad. Así seremos vistos por el mundo como un país de ignorantes, indignos. Personas sin memoria y sin capacidad moral para discernir entre el mal y el bien. Serás él cómplice de una de las agrupaciones más corruptas del mundo. Vota por mí.
Yo, Keiko, sé que la Justicia peruana sentenció a Alberto Fujimori a ocho años de prisión por haber desviado los fondos de las Fuerzas Armadas y el Servicio de Inteligencia Nacional (SIN), para financiar los 'diarios chicha' que apoyaron su segunda reelección. Estos diarios se encargaron de difamar la honra de sus oponentes. ¿Lo recuerdas? Estos medios de comunicación se encargaron de lavarte el cerebro durante diez años. Con tu plata, te hicimos creer que el Chino salvó al Perú, te hicimos creer que el Chino fue el mejor presidente del Perú. Yo estoy haciendo lo mismo con mis diarios chicha como La Razón, programas de televisión como Las cosas como (no) son, de Panamericana Televisión (que, lamentablemente, fue descubierto y ahora ya no está al aire), pero igual tenemos “periodistas” en RPP y canales de televisión; así como decenas de páginas en Internet y redes sociales que –junto con un ejército de “fujitrolls”– se encargan de lavarte el cerebro. Vota por mí, como verás, he aprendido mucho de quienes fueron mi padre y mi madre: Alberto Fujimori y Vladimiro Monetesinos.
¿Qué hay de mi partido político? Ya sabes. Me acompañan personajes como Joaquín Ramírez, quien era secretario general de Fuerza Popular, mi mano derecha. Principal financista de la campaña millonaria que hacemos para ganar. ¿Quién es este señor? Ya lo has escuchado en las denuncias: está implicado en una investigación de la justicia peruana y por la DEA por sus vínculos con el narcotráfico (igual que sus parientes) y por lavado de activos. ¿Hemos cambiado los fujimoristas? Tú sabes la respuesta: la número uno de la lista al Congreso es Cecilia Chacón, sentenciada a tres años de prisión suspendida por enriquecimiento ilícito. Mi hermano Kenyi estuvo implicado en una investigación, porque se halló en una empresa que le pertenece 100 kilos de droga.
El exalcalde de Satipo, César Merea Tello, coordinador de la Selva Central de Fuerza Popular, es investigado por tener antecedentes de narcotráfico y por lavado de activos. José Chlimper, que será mi primer vicepresidente, está involucrado en un delito, por haber entregado unos audios editados para limpiar la imagen de Joaquín Ramírez. Además, tengo a mis “reservistas” que se desplazan conmigo a los mítines, en decenas de caravanas. ¿Ellos se encargará de luchar contra la delincuencia y les llevarán víveres a los pueblos más pobres, mientras yo esté en el gobierno? Te lo dejo a la imaginación. Los visto de militares, para que la gente piense que con ellos aplicaré la mano dura. Y… ¿si sales a las calles a protestar, te echaré a estos reservistas y a los militares y policías camuflados, vestidos de civil o con uniforme, tal como lo hacían mis mentores Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos? Ya los sabrás. Vota por mí.
No te olvides que mi padre vendió más de 228 empresas del Estado a las empresas extranjeras a precio de ganga. Esta fue la gran estafa, como lo dice La República:
Entre 1990 y 2000 se ejecutaron 228 operaciones de venta, concesión o liquidación de empresas públicas, lo que generó (en millones de dólares) un monto de US$ 9.221. Sin embargo, de esta cantidad solo ingresaron al Tesoro Público US$ 6,445. La diferencia de US$ 2.700 millones se destinó al pago de consultoras, bancos de inversión y a sanear las cuentas de las compañías privatizadas (el Estado asumió todas sus deudas antes de venderlas). (La Repúblicam 2011, en http://goo.gl/jF9BC6).
¿Era necesario rematar todas esas empresas? Tú sabes que no. Bien las pudo entregar en concesión por 15, 20, 30 años y se hubiese ganado el doble, el triple y mucho más. Además, en este momento tendríamos todas esas empresas para seguir creciendo económicamente. Ahora, no tenemos nada.
¿Qué hay de la educación, la cultura, los derechos humanos, la protección del medio ambiente?, ¿para qué preguntas, si ya sabes que son una cojudez? He hecho alianzas con mineros ilegales que están contaminando el agua y depredan la Amazonía; con transportistas informales, a quienes les he prometido dar permisos de operación si llego al poder; con pastores homofóbicos; y delincuentes que cobran cupos a los obreros de la construcción civil. Te he comprado el voto con miles de tápares, dádivas de todos los tipos. Te he tratado como a un mendigo, como a un miserable sin ninguna dignidad ni respeto. Vota por mí. Quiero ser tu presidenta, igual que mi padre.