A Pedro Chávarry, que es el fiscal de la corrupción
Un canto coral acorde a nuestros tiempos
"Yo ya no tengo paciencia para aguantar todo esto"
Lo harán llorar con audios.
En masa, lo repudiarán, lo insultarán. A viva voz
le pedirán que renuncie a la Fiscalía
Lo invocarán en cada marcha:
¡y no querrá renunciar!
Lo pondrán en carteles. Expondrán
sus fotos, sus negocios turbios y le sacarán más audios.
Lo exhortarán a toda furia. Luego
le escupirán en el rostro
¡y no querrá renunciar!
Coronarán con heces su cabeza;
sus actos, con repudio. Y con furia
sus audios oirán. Le harán morder sus miserias
Lo sepultarán en vida:
¡y no querrá renunciar!
Le sacarán más audios y le pedirán que renuncie.
Querrán descuartizarlo grito a grito.
Lo escupirán en las calles. Y a golpes de matanza
lo forzarán a salir:
¡y no querrá renunciar!
Querrán ponerlo en el centro de la plaza,
boca arriba, mirando al infinito.
Querrán arrancarle las entrañas. A la mala
insistirán:
¡y no querrá renunciar!
Querrán vacarlo y no podrán vacarlo.
Querrán botarlo y no podrán botarlo.
Querrán humillarlo y no podrán humillarlo.
Querrán descuartizarlo, triturarlo,
mancharlo, pisotearlo, desalmarlo… y el hombre
que ha perdido toda condición humana
se aferrará a su cargo y a sus miserias.
Querrán vacarlo y no podrán vacarlo.
Querrán botarlo y no podrán botarlo.
Querrán expulsarlo y no podrán expulsarlo.
Al tercer día de los marchas,
cuando se crea todo imposible,
gritando ¡basta ya, dignidad y Justicia! sobre la tierra,
han de sacarlo y matarlo civilmente.
Y no volverá más entre nosotros.